Proviene del latín diabētes, y éste del griego διαβήτης, (diabétes, ‘al paso’, 'sifón', 'lugar por donde pasa mucho líquido'), de διαβαίνειν (diabaínein,
‘atravesar’). Como término para referirse a la enfermedad caracterizada
por la eliminación de grandes cantidades de orina (poliuria), empieza a
usarse en el siglo I en el sentido etimológico de «paso», aludiendo al
«paso de orina» de la poliuria.
Dos tipos de diabetes
Actualmente se emplea en dos grupos de enfermedades bastante
diferentes, que en el pasado se confundían porque compartían entre sí
la poliuria y una intensa sed (polidipsia):
- Al grupo más común se lo denominó diabetes mellitus o diabetes sacarina,
debido a que la orina de las personas afectadas tiene olor dulce —y se
conjetura que también sabor dulce— como la miel, de ahí su denominación
latina (mellitus). Ésta incluye hoy en día a la diabetes tipo 1 (insulinodependiente
o diabetes juvenil), la tipo 2 (no insulinodependiente, generalmente
iniciada en la adultez), la diabetes gestacional (un subtipo
desarrollado durante el embarazo) y la diabetes de estrés (desarrollada
en medio de enfermedades con graves).
La Diabetes tipo 1 se debe a que el páncreas no segrera la cantidad de insulina
suficiente, para reducir los niveles de glucosa en sangre. En el caso
de la Diabetes tipo 2, el páncreas sí segrega insulina, pero tejidos
como el músculo esquelético, el tejido adiposo o el hígado no responden
a la acción de la insulina.
- Al otro grupo —menos común— se le denominó diabetes insípida,
ya que la orina de los pacientes no presenta el olor dulce
característico. Con los hallazgos posteriores, este tipo de diabetes
resultó ser una entidad totalmente distinta en su origen que las otras.
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