¿Qué es la diabetes?
La diabetes es un desorden metabólico
caracterizado por altos niveles de azúcar en la sangre. Ocurre especialmente después de
una comida con alto contenido de azúcar o una prueba de tolerancia a la glucosa
(ingestión de 75 g de glucosa). Los niveles de azúcar no regresan a los niveles normales
de menos de 120 mg/dl dentro de dos o tres horas, aun cuando la persona haya sido
preparada apropiadamente durante tres días a través de una dieta alta en carbohidratos.
La diabetes es el resultado de una producción o utilización inadecuada de insulina.
Puede tomar dos formas: diabetes mellitus o azucarada, dependiente de insulina (IDDM,
conocida también como asalto o ataque juvenil de diabetes mellitus Tipo 1) y la diabetes
mellitus no dependiente de insulina (NIDDM), conocida también como asalto o ataque adulto
o de madurez de diabetes, o diabetes mellitus Tipo 2. La causa y el tratamiento son
diferentes en cada tipo.
La diabetes Tipo 1 es una enfermedad
autoinmune que generalmente aparece en forma abrupta muy temprano en la vida de la
persona. Sus síntomas incluyen sed excesiva, pérdida de peso y fatiga. Si el páncreas
no produce adecuada insulina, las personas con diabetes Tipo 1 requieren tratamiento de
insulina para sobrevivir. Los familiares cercanos de niños con diabetes Tipo 1 tienen un
alto riesgo de contraer la enfermedad. Sin embargo, el uso de terapia de intervención en
dichos niños, muy temprano en su vida o ántes de que aparezca algún síntoma, puede
prevenir que aparezca la enfermedad.
La diabetes Tipo 2 ocurre generalmente en
personas maduras, obesas o en ancianos. En los Estados Unidos y otros países
occidentales, aproximadamente el 5 por ciento de la población tiene este tipo de
diabetes. Se incrementa con la edad, de tal manera que a los 85 años la puede sufrir más
de una tercera parte de la población. Esta enfermedad prevalece aun más entre ciertos
grupos, tales como la población urbana en la India, Jamaica y entre los indios Pima en
los Estados Unidos.
El Concilio de Nutrición de la
Asociación General no trata médicamente a pacientes. Las personas con diabetes mellitus
deben buscar la ayuda de sus médicos en cuanto a cómo controlar mejor su nivel de
azúcar en la sangre a través de cambios en su estilo de vida y medicinas, si son
necesarias. Este panfleto no tratará acerca de la diabetes Tipo 1, excepto para señalar
que aquellos que la padecen no deben intentar tratarla por sí mismos. El resto de este
documento enfocará su atención en factores de nutrición y estilo de vida con respecto a
la diabetes Tipo 2, siendo que esta es la forma predominante de diabetes mellitus.
¿Qué es hiperinsulinemia?
La hiperinsulinemia es un alto nivel de
insulina en la sangre. Puede encontrarse en personas años antes que aparezca la diabetes.
Es responsable por el aceleramiento de la ateroesclerosis. Aparece frecuentemente en
personas con obesidad, hipertensión, hiperglucemia e hipergluceridemia, con bajos niveles
de HDL, lo cual se conoce como síndrome X.
¿Qué importancia tiene la obesidad como factor de
riesgo?
El principio de nutrición más importante
para personas con NIDDM es el control de peso. Aproximadamente 80 por ciento de
diabéticos NIDDM tienen sobrepeso. La obesidad puede dar como resultado resistencia a la
insulina, una característica importante de la diabetes. Por lo tanto, el alcanzar y
mantener un peso corporal ideal es importante tanto para la prevención como para el
control de la diabetes.
¿Puede la dieta y el ejercicio prevenir la obesidad y
la diabetes?
Una dieta baja en grasas y alta en fibras,
que contenga un nivel apropiado de calorías, juntamente con un programa regular de
ejercicio, no solamente contribuye a un peso corporal ideal, sino que disminuye el riesgo
de desarrollar diabetes Tipo 2. Las personas con diabetes Tipo 2, aun cuando toman
insulina, no deben, en la mayoría de los casos, comer más de tres veces al día, a fin
de prevenir niveles máximos de elevación de azúcar en la sangre. Deben, en la mayoría
de los casos, evitar tomar alimentos entre comidas o a la hora de acostarse; ni siquiera
jugos de fruta. El ejercicio disminuye los niveles de azúcar en la sangre porque ayuda a
las células del cuerpo a utilizar mejor la glucosa. El ejercicio reduce también el
riesgo de contraer diabetes y la cantidad de insulina requerida por la persona diabética.
Cuando la dieta, el ejercicio y el control de peso no producen por sí mismos los
resultados esperados, los médicos pueden prescribir también medicina oral para la
hipoglucemia, o bien insulina.
¿Cuánta grasa y colesterol debe consumirse?
Una dieta alta en grasas contribuye a la
diabetes y sus complicaciones resultantes. Idealmente, aproximadamente sólo del 20 al 30
por ciento del total de calorías de la dieta deben proceder de la grasa. No más del 10
por ciento de las calorías deben proceder de grasa saturada. Si los niveles de colesterol
de la sangre (LDL), lipoproteína de baja densidad, son demasiado elevados, el consumo de
grasa saturada debería reducirse hasta abajo del 7 por ciento del total de calorías.
Diez por ciento de las calorías deben proceder de ácidos grasos polinsaturados. Siendo
que las enfermedades del corazón son la principal causa de muerte para quienes tienen
diabetes, tales personas deben limitar la cantidad del colesterol que consumen a no más
de 100 miligramos por 1000 calorías. A fin de bajar el colesterol de la sangre a niveles
aceptables, algunas personas diabéticas podrían limitar el colesterol de su dieta a 100
miligramos por día.
Las personas con diabetes Tipo 2 deben
tratar de reducir el exceso de peso corporal hasta un nivel seguro y saludable. Este es
especialmente el caso cuando se trata de personas con elevados niveles de triglícidos.
Pero si la pérdida de peso corporal no reduce en forma suficiente los niveles de
triglícidos en la sangre, la Asociación Americana de la Diabetes sugiere un incremento total de consumo de
grasa hasta de 40 por ciento de calorías con un correspondiente corte del consumo de
carbohidratos. Esta grasa adicional deberá ser primordialmente grasa monoinsaturada de
origen vegetal, de alimentos tales como aceitunas, aceite de oliva, aceite de canola y
aguacates. Sin embargo, deben tomarse precauciones, siendo que la grasa que es parte de la
dieta está muy relacionada con un mal control de la diabetes.
Las investigaciones han mostrado que las personas que consumen
carne frecuentemente tienen un riesgo 3.8 veces mayor de mortalidad por causa de diabetes
tipo 2, así como un mayor riesgo de desarrollar diabetes, que las personas vegetarianas.
Se piensa que eso se debe primordialmente a la falta de frutas y vegetales en la dieta,
aunque la carne es alta en grasa y puede añadir más al riesgo. Siendo que los
vegetarianos consumen más granos no refinados, frutas, vegetales y menos grasa saturada,
generalmente tienen menos peso corporal.
¿Qué acerca de la sal?
Siendo que las personas diabéticas tienen
tendencia a la hipertensión, deben limitar su consumo de sal a una cucharadita al día,
incluyendo la sal contenida en los alimentos procesados (para un total de 2000 miligramos
de sodio).
¿Cuáles son las necesidades de proteína con
respecto a la diabetes Tipo 2?
Siendo que el exceso de proteína en la
dieta puede aumentar el riesgo de enfermedad de los riñones (la segunda más grande causa
de muerte entre los diabéticos), la persona diabética no debe consumir grandes
cantidades de proteína. La Asociación Americana de la Diabetes recomienda un 10 a 12 por
ciento de calorías en forma de proteína, porque la mayoría de los diabéticos siguen
una dieta baja de reducción de calorías y parte de la proteína será usada como
energía, pero las personas con diabetes que padecen enfermedad de los riñones, deben
consumir solamente de 0.75 a 0.8 gramos de proteína por kilogramo de peso corporal ideal.
¿Qué acerca de los carbohidratos?
Idealmente, 50 a 60 por ciento de las
calorías deben proceder de carbohidratos, mayormente de carbohidratos complejos obtenidos
de panes y cereales integrales, pastas, frijoles, vegetales y frutas frescas.
Las nuevas recomendaciones ya no piden que
las personas diabéticas se abstengan totalmente de sacarosa (azúcar de mesa). Las
investigaciones muestran que el pan, las papas y otros almidones, producen respuestas de
glucosa de la sangre similares a las de la sacarosa. El azúcar es un ingrediente de menor
proporción en alimentos como panes y galletas y podría no elevar los niveles de azúcar
en la sangre. Sin embargo, los alimentos que contienen grandes cantidades de azúcar,
generalmente contienen demasiada grasa, tienen un valor nutritivo mínimo, no contienen
fibra y frecuentemente producen como resultado niveles muy elevados de azúcar en la
sangre. La respuesta de la glucosa de la sangre producida por el uso de miel, melaza, o
jugos de fruta, pareciera ser la misma que en el caso de la sacarosa.
Los endulzadores artificiales, tales como aspartame, sacarina o
sucralosa, han demostrado que pueden ser usados por los diabéticos. Siendo que la
fructosa produce menor elevación de los niveles de glucosa en la sangre, en comparación
con la sacarosa, la persona diabética podría usar fructosa ocasionalmente en pequeñas
cantidades para endulzar los alimentos. Sin embargo, no debe usarse fructosa en forma
rutinaria para cocinar o hornear los alimentos porque puede elevar los triglícidos. Las
personas diabéticas deben limitar el consumo de bebidas gaseosas y jugos de frutas con
miel de maíz con alto contenido de fructosa.
¿Cuán importante es la fibra?
Es importante el consumo de fibra adecuada
en relación con el control de peso, porque los alimentos altos en fibra satisfacen el
hambre con pocas calorías. Hace también disminuir los niveles de azúcar en la sangre
después de las comidas y mejora la tolerancia con respecto a la glucosa. La fibra reduce
también la cantidad de medicamentos requeridos para controlar el azúcar de la sangre. La
mayoría de las personas consume entre 25 a 35 gramos de fibra por día. Hasta 50 gramos
de fibra diariamente podrían ser de beneficio para algunos diabéticos.
Los alimentos altos en
fibra soluble, como avena, cebada, frijoles y manzanas, son especialmente valiosos porque
la fibra soluble , la cual , reduce el LDL y los niveles totales de colesterol en la
sangre. La fibra aumenta la excreción de lípidos del cuerpo, uniendo ácidos de la
bilis, lípidos, colesterol y triglícidos en el intestino. La fibra en los frijoles juega
un papel importante en la dieta de la persona diabética, porque previene la elevación
"pico" de glucosa en la sangre causada por azúcares simples y almidones
refinados. Los granos integrales son más altos que los granos refinados, tanto en fibra
como en valor nutritivo. Las fibras aisladas, tales como el salvado o afrecho, pueden
incrementar la pérdida de importantes minerales en el intestino, mientras que los granos
integrales contribuyen con minerales vitales. Las frutas frescas son fuentes menos
concentradas de azúcares simples y son mejores que los jugos de fruta procesados que
eliminan o rompen las fibras. El consumo de fibra debe incrementarse gradualmente a fin de
minimizar los calambres abdominales, molestias, evacuaciones sueltas y gases.
¿Deben evitarse el alcohol, té y café?
Aun cuando el alcohol no requiere de
insulina para su metabolismo, no es recomendable para personas diabéticas, especialmente
para aquellas con pancreatitis, daño en los nervios o niveles anormales de lípidos en la
sangre. En personas muy sensibles, el alcohol puede elevar los triglícidos en la sangre.
El alcohol hace también más difícil el control de la glucosa en la sangre, porque puede
aumentar el riesgo de hipoglucemia en las personas que usan medicina oral para
hipoglucemia, o insulina.
La cafeína inactiva la
enzima "fosfodiesterasa", permitiendo que grandes cantidades de glucosa y
triglícidos entren al torrente sanguíneo. El Concilio de Nutrición de la Asociación
General recomienda que las personas con diabetes mellitus eviten té, café, cola y otros
productos con cafeína.
¿Cómo ha cambiado a través de los años el control
de la diabetes Tipo 2?
Siendo que se ha comprobado que los
alimentos altos en grasa saturada y colesterol, tales como carne, huevos, leche entera y
queso alto en grasas, aumentan el riesgo de contraer enfermedades del corazón y los
riñones, la dieta alta en proteínas y baja en carbohidratos recomendada hace unos años
para personas diabéticas ha sido reemplazada por una dieta que enfatiza carbohidratos
complejos, tales como granos integrales y legumbres. La mejor manera de prevenir y
controlar la diabetes Tipo 2, es manteniendo un peso corporal ideal, una dieta saludable y
ejercicio regular.
La pirámide de alimentos
vegetarianos es la guía más sencilla para la selección diaria de los alimentos para
personas con diabetes Tipo 2, así como para la población en general. |