La mayoría de las personas
leemos o escuchamos hablar sobre la importancia que se está dando a cosas
como la motivación, la proactividad, el liderazgo, la cooperación,
el compromiso, el optimismo, la adaptabilidad, el autocontrol, la ética
y la capacidad del trabajo en equipo. La Inteligencia Emocional (IE) justamente
concierne a éstas y otras aptitudes íntimamente relacionadas.
La Inteligencia Emocional esencialmente
proporciona a las personas capacidad y habilidad para regular sus fuerzas e
impulsos emocionales contraproducentes, muchos de ellos inconscientes, los cuales
boicotean sus relaciones y calidad de vida, por tanto, su desarrollo y progreso
en lo educativo, como en la actividad profesional o laboral.
La Inteligencia Emocional es conocida desde hace solo unos años por el
público común. Sin embargo, desde siempre la humanidad se ha debatido
entre la mente y el corazón, dejando marcadas señales en la historia
de lo difícil que es conocer las pasiones humanas, controlarlas y vencerlas.
Inteligencia Emocional trata de algo vivencial, es una experiencia de la cual
se tiene realmente idea cuando se ejercita la teoría de forma bien práctica.
De cualquier otro modo todo lo demás es como pretender enseñar
a montar bicicleta, hablando, escribiendo o pasando diapositivas sobre carreras
de ciclismo.
Hay varios programas que se desarrollan utilizando el novedoso sistema de aprendizaje
interactivo con módulos teóricos, participativos, prácticos,
de condicionamiento, reprogramación mental y neuro-interactividad. Estos
planes de trabajo, tienen como objetivo poner en práctica la inteligencia
emocional.
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